miércoles, 22 de febrero de 2017

Mortal

Amanecía cuando comprendió que no podría llevar a cabo su misión.
Las fuerzas la abandonaban ... Que hacer ahora que todo había fallado?
Había consultado al oráculo y a los dioses... no se había equivocado; era él y era su hora.
Durante la mañana lo había espiado para conocer sus defectos y debilidades. Esto le permitía analizar la situación para elegir mejor su método, poner distancia y jamás,  jamás involucrarse emocionalmente.Si de algo se jactaba era de su preciosismo y sutileza al actuar.
Luego se anunció sin más, segura de que con su sola presencia aterrorizaba hasta al más valiente.
Él primero la ignoró y segundo la despreció y, ya fuera por arrojo o descuido, no manifestó alteración alguna en su conducta. Entonces por la tarde ella le provocó los más variados accidentes y desajustes; zozobras cotidianas que -estaba segura- acabarían con su voluntad. Nada. Él no solo parecía no temerle sino que a veces abiertamente la enfrentaba.
Sorprendida primero y furiosa después comenzó a multiplicar sus apariciones, lo seguía hasta en el baño y lo llevó hasta la exasperación pensando que a la larga -como todos- sucumbiría. Sin embargo de nada sirvieron la serie de catástrofes que le envió, con gracia y donaire él se burlaba de ella, impasible frente a cada pesadilla que le ponía en el camino.
Antes de la medianoche realizó su último acto, su presentación más elaborada y temida pero él se limitó a responder con una carcajada; con mas cansancio que miedo.
Tal vez,  había llegado la hora de tomarse unas buenas vacaciones.