sábado, 4 de junio de 2016

De nada


La Rebelión de las Máquinas
Desde que los celulares han copado nuestra atención nos hemos convertido en poco menos que sus adictos. Estos pequeños aparatitos de luces multicolores y sonidos extravagantes se han adueñado de nuestra comunicación y de nuestro tiempo. Quién necesita ya de una calculadora, una linterna, un reloj, o una máquina de fotos? 
Y no solo eso, ahora pretenden reemplazar a la radio y la televisión. Verdad?
Resulta que, debido a esta hegemonía, las demás máquinas de la casa se están poniendo celosas. 

       
Ya nadie presta debida atención a la cocina o al lavarropas…Quién se acuerda del CD o la video? Nadie. Mucho menos de las pobres heladeras.
Las pobres heladeras, están ahí todo el año, enfriando y protegiendo nuestros alimentos. Incansables en su lucha contra las bacterias que todo lo colonizan. Y? Acaso alguien se los agradece? Trabajando 24/7 (como dicen en EEUU) para nosotros y nosotros como si nada. A tal punto llegó la desconsideración de los humanos para con sus cuadradas compañeras que, sin más, éstas se llamaron a la huelga. La mayoría –humildemente primero y directamente después- comenzaron a exigir atención. Querían hermosearse por dentro y por fuera. Que si el burlete, que si el motor, que si la resistencia o el condensador. Qué si un imán aquí o mejor allá.


Los arregladores de heladeras, de repente se convirtieron en más que prósperos miembros de la sociedad...el freón comenzó a cotizar en Bolsa.
Pero la cosa no quedó ahí! No. Las más atrevidas querían que las sacaran a pasear! Por eso es que, si prestan atención, podrán ver muchas de ellas en las cajuelas de las camionetas vagando por la ciudad; ajustadas debidamente con cuerdas y sogas  - por supuesto- ; porque… ustedes saben: ¡La seguridad ante todo!
No quiero pensar que pasará el día en que se rebelen los roperos!!!