La Rebelión de
las Máquinas
Desde que los celulares han copado nuestra atención nos hemos convertido en
poco menos que sus adictos. Estos pequeños aparatitos de luces multicolores y
sonidos extravagantes se han adueñado de nuestra comunicación y de nuestro
tiempo. Quién necesita ya de una calculadora, una linterna, un reloj, o una máquina de fotos? Y
no solo eso, ahora pretenden reemplazar a la radio y la televisión. Verdad?
Resulta que, debido a esta hegemonía, las demás máquinas de la casa se están poniendo celosas.
Resulta que, debido a esta hegemonía, las demás máquinas de la casa se están poniendo celosas.
Ya nadie presta debida atención a la cocina o al
lavarropas…Quién se acuerda del CD o la video? Nadie. Mucho menos de las
pobres heladeras.
Las pobres heladeras, están ahí todo el año, enfriando y protegiendo nuestros alimentos. Incansables en su lucha contra las bacterias que todo lo colonizan. Y? Acaso alguien se los agradece? Trabajando 24/7 (como dicen en EEUU) para nosotros y nosotros como si nada. A tal punto llegó la desconsideración de los humanos para con sus cuadradas compañeras que, sin más, éstas se llamaron a la huelga. La mayoría –humildemente primero y directamente después- comenzaron a exigir atención. Querían hermosearse por dentro y por fuera. Que si el burlete, que si el motor, que si la resistencia o el condensador. Qué si un imán aquí o mejor allá.
Las pobres heladeras, están ahí todo el año, enfriando y protegiendo nuestros alimentos. Incansables en su lucha contra las bacterias que todo lo colonizan. Y? Acaso alguien se los agradece? Trabajando 24/7 (como dicen en EEUU) para nosotros y nosotros como si nada. A tal punto llegó la desconsideración de los humanos para con sus cuadradas compañeras que, sin más, éstas se llamaron a la huelga. La mayoría –humildemente primero y directamente después- comenzaron a exigir atención. Querían hermosearse por dentro y por fuera. Que si el burlete, que si el motor, que si la resistencia o el condensador. Qué si un imán aquí o mejor allá.
Los arregladores de heladeras, de repente se convirtieron en más que prósperos miembros de la sociedad...el freón comenzó a cotizar en Bolsa.
Pero la cosa no quedó ahí! No. Las más atrevidas querían que las sacaran a pasear! Por eso es que, si prestan atención, podrán ver muchas de ellas en las cajuelas de las camionetas vagando por la ciudad; ajustadas debidamente con cuerdas y sogas - por supuesto- ; porque… ustedes saben: ¡La seguridad ante todo!
No quiero pensar que pasará el día en que se rebelen los roperos!!!
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